jueves, febrero 26, 2009

Arte-poética en la alta fiebre de las horas

La poesía es una tibia sensación en las amígdalas
que está ahí
y que a veces no duele
pero que otras veces se desquita
siendo una llaga despiadada
que abre las pústulas del dolor
e inunda de gemidos estertóreos
cada trago de vida

No hay cura conocida
solo un olvido fatal
como una amnesia de telenovela
fingida y vergonzosa
de la que el poeta se aprovecha
para sobrevivir a expensas
del borrón y penas nuevas

Es así
como han dicho siempre los poetas más cursis
una necesidad impostergable
una maldición requerida
la misma voluntad de la palabra
que no es otra cosa que el dios
que se reescribe en cada víctima
que pide para su sacrificio
un verso virgen que explote en sangre

Es esta enfermedad
que no es nada
solo una forma virulenta de ponerse a escribir
buscando una razón
una sola razón
para querer curarse

miércoles, febrero 25, 2009

Signos vitales

La doctora: "Presión 120/70, temperatura 38.7 º. A ver abra la boca grande, así, ajá, saque la lengua... mmmm sí, tiene una infección aguda, pero no tiene inflamación, por eso no le dolía. Le puedo poner una inyección de Penicilina Benzatínica o darle un tratamiento de 13 días... como a los hombres no les gutasn las inyecciones, pero usted dígame..."

Yo: "Lo que sea más rápido"

La doctora: "Bueno entonces la Benzatínica, vaya a comprarla y regresa y se le ponemos aquí, y compreses una caja de Unasyn, es Sultamicilina, es cara, pero para estar seguros... y para la fiebre cómprese Winasord. Y tome mucho líquidos."

-15 minutos después-

La enfermera: "La penicilina duele, le voy poner un poquito de anestesia para que no sienta tanto, porque con esta llora la gente jajaja... ya lo asusté, pero con la anestesia no va sentir mucho, ya va a ver... acuéstese ¿en cuál nalga quiere que se la ponga?"

Yo: "En la que más le guste"

La enfermera: "Jajajaja... en la izquierda duele menos"

Yo: "¿En serio? ¿Por qué?"

La enfermera: "Usted créame que yo soy la enfermera jajajaja... respire ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ¿Le dolió mucho?, espérese, vaya ya estuvo.... ¿duele, verdad?"

Yo: "La verdad no mucho, pensé que iba a ser peor con lo que me dijo"

La enfermera: "Pero es que le puse anestesia, acuérdese, si no le hubiera dolido más... con la caminada se le va a disolver y le dolerá menos, y se va a ir sintiendo mejor... yo no sé por qué le dio la doctora las Unasyn, tan caras que son, pero ella sabrá que para eso estudió... cuando yo estuve así con la inyección se me quitó, pero a mí sí me dolió, porque la ingrata de la que me la puso no me puso anestesia jajajaja.... Bueno que le vaya bien, cualquier cosa, ya sabe."

lunes, febrero 23, 2009

¡Dan asco!

Este país da asco. Dan asco esos políticos, esos líderes religiosos y esos padres y madres que están pidiendo que se permitan por ley los "correctivos físicos" a los niños y las niñas, es decir los golpes, los gritos, las humillaciones, siempre y cuando sean de forma "moderada y adecuada". Dan asco sus palabras llenas del atrevimiento de la ignorancia y de indignantes eufemismos: “sí habrá espacio para la ‘nalgadita’”, dice un diputado del PCN, Antonio Almendáriz, al referirse a la ley de protección al menor que quiere que se apruebe; por su parte, Juan Pablo Durán, de Cambio Democrático, cree que "prohibir el castigo físico sería una medida discordante y contracultural, y por ello sería imposible despojar a los salvadoreños de una tradición generacional en la forma de educar a los hijos"; pero el premio a la estupidez se la lleva Jeremías Bolaños Anaya, superintendente general de la Conferencia Evangélica de las Asambleas de Dios, que después de decir que todas las iglesias son enemigas del maltrato infantil en todas sus formas, suelta la siguiente barrabasada: "Pero tampoco podemos obviar lo que está escrito en La Biblia [...] Si llega el momento de aplicar un correctivo físico, hay que explicarles antes por qué se los castigará". La fichita de Armendáriz no quiere dejarse ganar por el evangélico, y en defensa de la mentalidad de los políticos de su estirpe quiere consagrarse al afirmar que "El producto de todo eso [la prohibición del castigo físico a los menores de edad en Estados Unidos y Europa] son generaciones perdidas. La verdad es que hay que corregir al niño en su niñez para que no tenga consecuencias después". No sé si me estoy amargando y si esto no le indigna a nadie más, pero yo no puedo contener este asco, y no quiero decir más.

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PD: A Castellanos Moya le faltó mucho más asco para describir con justicia a este país.

jueves, febrero 19, 2009

"36 imposibles para un libro digital", del Xavier Velasco.

Leí este post de Xavier Velasco y me entró una envidia carroñera y un enojo conmigo mismo por no haberlo escrito yo, y para aliviar la furia, más no la envidia, lo transcribo aquí para el deleite de ustedes, y dándole los créditos respectivos al autor.

36 imposibles para un libro digital

1. Imprimirle millares de huellas digitales.

2. Forrarlo de papel manila morado.

3. Sacarlo del agua y todavía leerlo.

4. Ocultar fotos viejas entre sus páginas.

5. Abrirlo en una página al azar.

6. Quitarle con lujuria la envoltura de plástico.

7. Llevárselo a una isla desierta.

8. Usar algún separador coqueto.

9. Saber a simple vista si ha sido leído.

10. Promoverlo quemando la primera edición en una plaza pública.

11. Darse el gustazo de comprarlo en pasta dura.

12. Preservar los ahorros a salvo de los ojos de los palurdos.

13. Enviarlo por correo con una carta perfumada dentro.

14. Hacer de su portada seña de identidad.

15. Apilarlo con otros: escultura fugaz.

16. Ensalivar sus hojas, hasta que se deshoje.

17. Guardarlo en una caja, ya deshojado.

18. Pagarse el lujo de reencuadernarlo.

19. Arrancarle algún prólogo infumable.

20. Fumárselo.

21. Leerlo cuasientreabierto, para no maltratarlo.

22. Imprimirle la huella de un beso en la última página.

23. Ahorrar mediante la edición de bolsillo.

24. Camuflarlo bajo la cubierta de un catecismo.

25. Toparse con un cheque sin cobrar dentro de la solapa.

26. Cambalacharlo en una librería de viejo.

27. Despatarrarlo un poco, de los puros nervios.

28. Lanzarlo en llamas a la casa del autor.

29. Envenenar sus hojas con pétalos cautivos.

30. Leerlo durante un baño de burbujas.

31. Olisquear el perfume de su última lectora.

32. Echarlo por la ventana y correr a rescatarlo.

33. Masajear las encías de un cachorro bibliófago.

34. Olvidarlo en un tren y comprarlo otra vez, sin mayor drama.

35. Aplastar a un mosquito impertinente.

36. Inspirar más incisos de esta lista de atavismos.

[Publicado el 16/2/2009 a las 17:27]


Y ahí les queda.

Murmullos de oficina en tiempo real

Llevo 10 minutos oyendo murmullos, y nunca me había dado cuenta que tan molesto puede ser escuchar vocecitas suavecitas, pero no tan suaves como para no escucharse, que no paran y que se intuyen con emoción (molestia, alegría, indiganción, no sé). Son dos mujeres que están a tres metros de la puerta de mi oficina y me dan ganas de salir a preguntarles si creen que no escucho nada. Pero no lo haré, esta es tierra de mujeres y no sé como me pueda ir si me asomo a semejante secretismo. Tres frases murmulladas se toleran, pero ya van casi 13 minutos en las mismas y no paran. Es molesto la verdad, al principio quizá por sentirme marginado de algo interesante, pero a esta altura, casi 15 minutos, ya es como cuando cae una gota de un chorro con empaques inservibles. Me voy al men's room, tal vez al volver se haya disipado ese ruido blanco [...] Fui y vine y sigue ahí, pasé frente a ellas y me ignoraron y ni mi presencia hizo que parara el murmullo. No sé si seré yo el aprehensivo, y hubiera querido acabar esto al mismo tiempo que ellas su murmullo, pero ya llevo 20 minutos escribiendo y tengo algunas cosas que hacer, son horas de oficina.

domingo, febrero 15, 2009

La noche antigua *

Las estrellas son parásitos en la pupila de universo.

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* Con la colaboración de Arturo, Paco, Penélope, Yago y Marius, desarrollado a partir de los cuentos científicos, los hologramas, las diatribas contra las canciones de amor y el neofeminismo linguístico con los que les echamos a perder la cena del día del cariño a las parejitas amorosas en la terraza esa del lindo sitio cuyo nombre no recuerdo plena Antigua Guatemala.

viernes, febrero 13, 2009

Un consejo

Yo no califico para buen consejero, no tengo ejemplos exitosos que pregonar, y he sido muy necio a la hora de escuchar. Pienso demasiado en las mismas cosas, muchas veces al mismo tiempo, lo que no me permite asimilar una enseñanza precisa, de esas infalibles, que les valen millones a quienes encuentran una editoral que se las publique y que a su vez encuentra millones de lectores desesperados que se las compren. Pero aunque no califique para buen consejero, hoy quiero darte un consejo, sí, a vos que ojalá te reconozcas aquí, y si no, al que crea que le sirva, y conste que su uso es de exclusiva responsabilidad del que lo siga: no te creás el mesías de nadie, ni tan especial como para poder arrancarle las obsesiones a quien te obsesiona; alejate cuando es posible sin haber acumular motivos para el dolor; reconsiderá las bondades de estar a solas con el mundo, del silencio eterno y de la distancia prudente; no insistás en volverte estación de paso recurrente, nadie te lo va a agradecer, al final cada quien elige lo más seguro, lo que puede conocer, lo que entiende, lo que le hace daño, lo que les hace sentirse cómodo con su insuficiencia; ni vos ni yo calificamos para ser, en esa perspectiva, la mejor elección.

Ese es mi consejo.

¡Suerte!

jueves, febrero 12, 2009

El arzobispo

Va y lo hacen hijo meritísimo y el Gobierno le da también la Orden Nacional José Matías Delgado en el grado de Gran Cruz Placa de Plata, y entonces él pide a la honorabilísima Asamblea Legislativa entrante que por amor a dios ratifique la prohibición constitucional del matrimonio entre homosexuales que la saliente aprobó, y los impíos diputados se persignan, y le dices que claro, que sí, que comonó, que con mucho gusto... Entonces él se ríe por dentro y satisfecho por su fechoría escupe hacia su alma, porque así son estos señores, buscan que todos seamos iguales a ellos: hipócritas, dizque célibes, sumisos despersonalizados que les repugna la libertad y la posibilidad de amar de los demás. Y no es que yo crea en el matrimonio -ni hetero, ni homo-, todo contrario, pero creo en el derecho a elegir y en eso que dice por ahora la Constitución de que todos somos iguales ante la ley, en eso que el arzobispo quiere que se ignore y que seguramente los diputados van a ignorar como buenos borregos de la fe electoral. El arzobispo llegó y ya se va, y de tantas cosas que podía haber pedido, quiso pedir más odio, más ignorancia, más intolerancia, más eternidad para las taras morales que nos retrasan. Ojalá no haya un dios que lo perdone.

martes, febrero 10, 2009

Las criadas de Monterroso y las de Elena

Transcribo aquí un relato genial, como todos los de Augusto Monterroso. Se me ocurrió complementar con esto el post de Elena, "Mandemos a la muchacha al súper", quizá con la intención de ver las historia desde el otro lado de la acera.

Las criadas

Amo a las sirvientas por irreales, porque se van, porque no les gusta obedecer, porque encarnan los últimos vestigios del trabajo libre y la contratación voluntaria y no tienen seguro ni prestaciones ni; porque como fantasmas de una raza extinguida llegan, se meten a las casas, husmean,escarban, se asoman a los abismos de nuestros mezquinos secretos leyendo en los restos de las tazas de café o de las copas de vino, en las colillas, o sencillamente introduciendo sus miradas furtivas y sus ávidas manos en los armarios, debajo de las almohadas, o recogiendo los pedacitos de los papeles rotos y el eco de nuestros pleitos, en tanto sacuden y barren nuestras porfiadas miserias y las sobras de nuestros odios cuando se quedan solas toda la mañana cantando triunfalmente; porque son recibidas como anunciaciones en el momento en que aparecen con su caja de Nescafé o de Kellog's llena de ropa y de peines y de mínimos espejos cubiertos todavía con el polvo de la última irrealidad en que se movieron; porque entonces a todo dicen que sí y parece que ya nunca nos faltará su mano protectora; porque finalmente deciden marcharse como vinieron pero con un conocimiento más profundo de los seres humanos, de la comprensión y la solidaridad; porque son los últimos representantes del Mal y porque nuestras señoras no saben que hacer sin el Mal y se aferran a él le ruegan que por favor no abandone esta tierra; porque son los únicos seres que nos vengan de los agravios de esas mismas señoras yéndose simplemente, recogiendo otra vez sus ropas de colores, sus cosas, sus frascos de crema de tercera clase ocupados ahora con crema de primera clase ahora un poquito sucia, fruto de sus inhábiles hurtos. Me voy, le dicen vigorosamente llenando una vez más sus cajas de cartón. Pero por qué. Porque sí (¡oh libertad inefable!) Y allá van, ángeles malignos, en busca de nuevas aventuras, de una nueva casa, de un nuevo catre, de un nuevo lavadero, de una nueva señora que no pueda vivir sin ellas y las ame; planeado una nueva vida, negándose al agradecimiento por lo bien que las trataron cuando se enfermaron y les dieron amorosamente su aspirina por temor a que al otro día no pudieran lavar los platos, que es lo que en verdad cansa, hacer la comida no cansa. Amo verlas llegar, llamar, sonreír, entrar, decir que sí; pero no, siempre resistiéndose a encontrar a su Mary Poppins-Señora que les resuelva todos los problemas, los de sus papás, los de sus hermanos menores y mayores, entre los cuales uno las violó en su oportunidad; que por las noches les enseñe en la cama a cantar do-re-mi, do-re-mi hasta que se queden dormidas con el pensamiento puesto dulcemente en los platos de mañana sumergidos en una nueva ola de espuma de detergente fab-sol-la-si, y les acaricie con ternura el cabello y se aleje sin hacer ruido, de puntillas, y apague la luz en el último momento antes de abandonar la recámara de contornos vagamente irreales.

Genial. Y hasta optimista.

Berlusconi y Ratzinger


Dos tipos duros que gobiernan en el mismo territorio, los dos con cargos poderosos políticamente, uno más o menos elegido democráticamente (Berlusconi) y el otro más o menos elegido monárquicamente (Ratzinger). Del segundo todos tenemos que saber −y sufrir− lo que piensa, porque es el Papa, el Sumo Pontífice, una Santidad en tierra, que cuando habla, habla por un dios que gobierna a millones de católicos por la boca de este hombre, defensor a ultranza de varias formas de intolerancia, precursor de la imposición de un status quo moral −que no ético− que denigra a gran parte de la población mundial, que crea ciudadanos de segunda clase, que escupe la fe de muchas personas, que reproduce −y avala con silencio− los crímenes de odio porque fomenta la ignorancia y combate la evolución de conciencia: Benedicto XVI se hace llamar. Del primero, quizá sabemos menos, quizá que es el Primer Ministro de Italia, "el primer ministro más mundano y liberal (según propia definición) que haya tenido el país. El pagano Silvio Berlusconi, divorciado, mujeriego, adúltero confeso y acumulador de poder y riquezas sin fin", citando la atinada nota que publica El País, y que dibuja esta figura que parece que "ha visto la luz" y que ahora comparte tribunas morales con Ratzinger quien lo acepta complacido como compañero de tiro en una causa más que tiene como blanco a la dignidad de una hija y un padre que solo han buscado dignificar su existencia, "El caso Eluana" lo llama la prensa y a ley. Un caso con muchas aristas que cualquier lector puede buscar y encontrar fácilmente. Un caso más en esta puta inquisición permanente que me provoca esta indignación que no quiero moderar.

lunes, febrero 09, 2009

Palabras de amor...

... o de cariño pues, de esas que se dicen cuando uno está queriendo querer y que se note. Sugerencias por favor.

sábado, febrero 07, 2009

Así voy

Esta camisa no la conoce: gris, mangas largas, sin estampados, Zara Basic temporada de otoño 2006, aunque siempre hay una como esta en toda temporada. Llevo un pantalón jeans, azul oscuro, Guess, temporada verano 2008, de esos como con arrugas desteñido y bolsas con aplicaciones de cuerina, este sí me lo conoce. Los zapatos son Pull and Bear, café claro, con breves polainas y con costuras vistas concéntricas en el empeine. Así voy. Y me encanta que me pregunte siempre como voy.

jueves, febrero 05, 2009

Quiero que lo sepa

Que hoy hace viento y frío, que las ventanas se estremecen y hacen ese ruido que desvela y que se mezcla con el viento y su óóóóóóóó óóó óó óóóóóóó óóóóóóó parodiado -prestado, onomatopeizado, imitado, trasncrito, plagiado- de Pessoa. Que el día ha llegado con dificultades hasta esta hora en que escribo, en que vivo este primer día sin usted y con usted, en ese punto medio entre lo extraño y lo extrañable, que no entrañable, aunque también. Que pienso en lo que no pienso porque yo no soy así, no era, no fuí, y pienso con costo en frases tiernas y frágiles que puedan invocar buenos augurios. Que no siempre soy el mismo, aunque sí lo mismo, que salto de lo cursi a lo amargo y de lo tierno a lo frío, que tiene mucho que entender y que tengo mucho que aprender. Que aquí estoy, aquí, ahí, y quiero que lo sepa.

miércoles, febrero 04, 2009

Se fue

Hoy se fue. Lo vi, lo toqué, lo sentí. Se fue y lo siento cerca y una nueva paz se inventa. Buen viaje.

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