miércoles, diciembre 10, 2008

Cada diez de cada mes

Durante un año entero, cada de diez de cada mes fue un día difícil. Era mi día para buscar explicaciones, para sentirme estafado, para maldecir con el recuerdo, para sentirme perdidamente enamorado, para invadirme con ternura, para sentirme poca cosa, para sentirme mucha cosa, para quejarme de la perversión humana, para buscar sentidos, para perderlos, para encontrar más mentiras, para rescatar las pocas verdades, para arrepentirme, para llorar el tiempo perdido, para saborear los besos proscritos, para sentirme indefenso, para reconocerme violento, para dolerme violentado, para sentir vergüenza, para sentirme humano, tirano, un fulano cualquiera. Un año entero, cada diez de cada mes buscaba una razón, buscaba salvación y condenas. Pero no soy dios ni demonio, solo un hombre más que se pone triste y escribe por cada diez de cada mes de todo un año. Hoy supe que un año puede ser suficiente. Quizá nunca sepa si valió la pena, pero confío en ese verso de Bumbury que oigo obsesivamente en estos días: "El tiempo solo te sana lo que no importa ya".

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