lunes, agosto 06, 2012

Mi mundo raro

Nunca puedo dormir con el cerebro cantando, o llorando, que hoy resulta ser lo mismo. Hoy —ayer y mañana— murió Chavela Vargas, tal como ella misma lo había prometido en anuncios sin espanto ni tragedia. Murió como un silencio: dando paso al ruido infinito de la vida. Murió dejando un mundo raro: el mío.



Un mundo raro en el que uno sustituye confidencias con canciones, en el que uno abraza cada voz que lo consuela en esa tristeza primigenia que no encuentra explicaciones ni remedios. 



Un mundo raro, colorido y delicado, lleno de esos tiempos vacíos que dejan las simples cosas. Y ahí se queda uno como esperando algún sol de mediodía, pero solo llegaba Chavela soñando el regreso.  



Y así te espero de ahora para siempre, es un mundo raro en que no se puede vivir sin soledades.



Cuántas respuestas te escuché llorando, cuantas preguntas me dejaste cantando. Cuánto te debo Chavela, esta paz, esta compañía, este mundo raro.

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