martes, octubre 04, 2011

Ruidos

El corazón es un tambor furioso y la respiración de uno solo es un huracán. La fuga del grifo suena a catarata y el mosquito entona un do de pecho. Que ruidosas son estas horas, como un coro de sordos en la mitad de una noche calurosa. Pasos furiosos que no acaban de llegar y la lluvia tintineando en las ventanas como imaginarias piedritas de felicidad. Y los manotazos del viento, y el luminoso escándalo del rayo, y el ronroneo de los muebles vecinos, y la charlas de amor entre los arbustos. Pero que ruidosa es esta soledad, y tan acostumbrado que estaba a tu silencio.

2 comentarios:

Atenea dijo...

Me encantó!!! Y es cierto, la soledad es el silencio más ruidoso. Se oye de todo menos lo que uno espera :(

Alada, fuerte y azul dijo...

Volví a pasar por aquí y escuché ese tambor y sentí ese huracán. Este texto me servirá para una clase, algún día le contaré cómo me fue.

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