martes, agosto 23, 2011

4:48 a.m.

Y empecé mis 37 con insomnio. Mala señal: yo que ya duermo poco, quizá voy a empezar a dormir menos. O tal vez solo sea que dormí demasiado ayer, y mi cuerpo lo sabe, y solo (que solo se ve el solo sin la tilde que le quitó la Real Academia) se desquita las horas que perdió abandonado en la inercia del inconciente. Entonces leo 29 páginas del El ruido de las cosas al caer, porque en unos días entrevisto al autor, y resulta que me gusta la novela, pero dormito y me ilusiono con que voy a dormir. Pero no, quizá no tenga caso. Y con los ojos cerrados se me viene la frase Y empecé mis 37 con insomnio, y ya cualquier intento de dormirme será inútil. Este estado es propicio para retomar tareas inconclusas, historias inconclusas, sobre todo cuando uno es tan inconcluso, y mejor dejémoslo así y que nadie saque conclusiones... Voy por agua, y no sé si vuelva por aca, así que pasen un bonito día.

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