lunes, agosto 23, 2010

Fechas

Son series numéricas progresivas que se repiten cíclicamente y van marcando el paso del tiempo. Marcan también momentos de vida, van poniéndole exactitud a la historia. Van exigiéndole a la memoria ser precisa, casi periodística, casi científica. Y hay fechas que pretenden decirnos cosas, por ejemplo, que somos un año mayores, que llevamos 10 años casados, 9 meses solteros, 5 años estudiando, 36 años viviendo, una semana despechados, y así, nos dicen cosas buenas y no tan buenas. Entonces uno se hace cómplice y celebra las fechas que considera que ameritan: emborracha a los amigos, reune a la familia, recibe saludos por montones, compra cosas nuevas y se sienta es su nube de algarabías a esperar que algo extraordinario suceda. Algo que no sucede. Porque las fechas siempre están afuera, y sirven para recordar y ubicar las coordenadas vitales. Pero adentro el tiempo no usa calendarios, no sabe de puntualidades, todo pasa cuando ya es tarde, sin rendir informes ni tributos. Depronto uno se da cuenta de que la vida no es algo que sucede, es algo que está ahí en un estar distraído e indiferente, como dejándonos pelear contra esas cuentas que se inventa el tiempo, sin imaginar siquiera que hagamos lo que hagamos solo transitamos ese momento incómodo entre el nacimiento y la muerte. Es una batalla perdida. ¡Celebremos!.

1 comentario:

Alada, fuerte y azul dijo...

¿Y luego? ¿qué sigue después de los 36?

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