viernes, febrero 05, 2010

La fuga

"Sin el temor al castigo, no existe el placer de la fuga". Por esa frase que el japonés Kōbō Abe usa de epígrafe en su novela "La mujer de la arena", fue que leí ese libro, de eso hace ya unos 13 años. La novela vale la pena, tanto por su discurso como por su forma: llena de imágenes tan limpias, claras y directas, como impresionantes. Hay una versión cinematográfica, también de un japonés, Hiroshi Teshigahara, que reinterpreta esta historia y entrega una pieza rara e inquietante, que también vale la pena ver. Pero yo aquí se supone que no hago críticas artísticas sino que hago... ¿qué hago?
El caso es que hoy he tenido la mentada frase en mi cabeza durante todo el día, no sé bien por qué, pero sospecho que mi subconsciente me está mandando mensajes, y como no tiene Facebook ni Twitter, utiliza el muro de mi memoria literaria para poner sus "status". Creo que "fuga" es la palabra clave. Creo que mi subconsciente me está diciendo que otra vez estoy en ese momento existencial en que me quiero fugar.
Es que sí. Cuando mis días empiezan a cuadricularse, mis noches a hacerse predecibles y la gente empieza a parecerme indigna de confianza, sé que ni mi aquí ni mi ahora son buena tierra para mí. No es que sea yo el más digno de los seres humanos, pero bien dicen que lo que uno exige a los demás es lo que a uno le hace falta. El colmo es cuando ya no me gusta ni lo que escribo, y eso quizás sea porque no me gusta lo que pienso.

Es viernes, son las 5:55 p.m., estoy a punto de salir de la agencia para irme a mi otro trabajo. No fue un buen día entre las jerarquías... Por lo menos hoy se estrena una buena película, y esa es la fuga posible por ahora. Pasen bonito resto del día.

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