Chalina, mascada, chales, colores de aquí, collares, pendientes, como colgantes tribales, mirada grande, mirada esquiva, uñas presentes y tobillos cubiertos. De habla recortada y risa contralto, boca de bolero y pluma en conflicto. Como la flor, la Flor a veces no está, solo es cuando llega su primavera anárquica sin horarios puntuales ni cita previa. Mamá con creces y mujer devota de lo que pudo ser. Mujer de nubes y mujer nublada, mujer de muchos dedales y de pocos dedos. No la conozco bien, solo la he visto pasar, a veces sentarse y confesarse por escrito sin decir ave-maría-purísima y sin querer absolución. Como la flor, la Flor sigue una luz, una fuente, el viento y quiere elevarse de la tierra y ser como una nube, una nube que quizá sea una Flor de cielo.
------------------ * Esta es la versión original de mi felicitación a Flor Aragón que no cupo en el formato del Raro editor... Pero sabemos que allá y aquí están las mejores mejores intenciones, mías y del editor en cuestión.
2 comentarios:
Lo leí allá, lo leo aquí...
Gracias, TOTALES.
Denadas absolutas!
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