viernes, septiembre 26, 2008

Nuncamuerto

Yo no quiero darte flores, mientras vivas, ni padecerte como virgen lujuriosa, siempreviva. Quizá tampoco quiera ser tan libre como para desafiar permisos, ni vestirme para circos, y menos postrarme en sillones familiares a devorar telenovelas en horas muertas de la vergüenza.
Lo del negocio propio, querida mía, es tan impropio para novios como yo, tan dados a soltarse de las manos en medio de las tiendas de buen vestir, agencias de viajes y estantes llenos de papel impreso.
Me ofrezco sin dudas a saltar con vos de cama en cama, sin apellidos, ni revuelos, ni venias, sin darte los buenos días, siempre y cuando empecemos de nuevo cada jueves santo. Yo no quiero ser nunca necesario, pero quiero necesitarte a mi antojo. Yo no quiero ser suficiente, ni aunque me veás juntando ramitos rosados para llevarlos tempranito cada dos de noviembre de cada año que te sobreviva.


Para más señas: Siempreviva.

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