A caballo. Así anduve hace unos días, en medio de unos parajes otrora inhóspitos, y hoy turísticos. Guazapa. El cerro ese que dicen que parece una mujer dormida, y que no se despertó ni con la guerra que tuvo en las entrañas. Yo tuve un caballo de niño, un caballo blanco que se llamaba, si mal no recuerdo, Ángel Blanco, porque era blanco, y porque mi abuelo se llamaba Ángel, y mi hermano mayor se llama así también y la finca familiar se llama El Angelito. Escribo esto y empiezo a dudar de la veracidad de mis recuerdos, pero bueno, tómenlo por el lado literario y con el único objetivo de entretenerlos con una historia más interesante que cualquiera de mi vida verificable, o no sé. De mi caballo recuerdo su lengua sobre la palma de mi mano comiendo lo que le daba, a las vacas les daba sal, al caballo no recuerdo bien. También me recuerdo en overoles azules montado en el caballo, primero con mi papá o con don Lencho, el señor que pastoreaba las vacas a caballo. También recuerdo cuando estuve solo yo sobre el Ángel Blanco, y que aprendí a llevarlo, o él aprendió a llevarme. De pronto mis recuerdos se truncan, y no tengo modo de saber que pasó con el caballo, y hasta el cierre de este post mi mamá no me contesta el celular, ni el fijo, así que ahí les cuento después. Sí recuerdo que las vacas se las robaron, eran los ochenta, y eso era así. Pero volviendo a caballo a Guazapa, comprobé que andar a caballo es como andar en bicicleta, que no se olvida, pero que tampoco es que se recuerde lo suficiente. Pero por ahí anduve a caballo, con una sensación animal y ajeno del suelo. Como a veces me pasa, recurrí a mi teléfono y su cámara de apenas 2.2 mega píxeles y grabé unos segundos de mi travesía , y aquí está por si alguno o alguna quiera ver como se ve la vida a galope de caballo.
domingo, agosto 17, 2008
A caballo
A caballo. Así anduve hace unos días, en medio de unos parajes otrora inhóspitos, y hoy turísticos. Guazapa. El cerro ese que dicen que parece una mujer dormida, y que no se despertó ni con la guerra que tuvo en las entrañas. Yo tuve un caballo de niño, un caballo blanco que se llamaba, si mal no recuerdo, Ángel Blanco, porque era blanco, y porque mi abuelo se llamaba Ángel, y mi hermano mayor se llama así también y la finca familiar se llama El Angelito. Escribo esto y empiezo a dudar de la veracidad de mis recuerdos, pero bueno, tómenlo por el lado literario y con el único objetivo de entretenerlos con una historia más interesante que cualquiera de mi vida verificable, o no sé. De mi caballo recuerdo su lengua sobre la palma de mi mano comiendo lo que le daba, a las vacas les daba sal, al caballo no recuerdo bien. También me recuerdo en overoles azules montado en el caballo, primero con mi papá o con don Lencho, el señor que pastoreaba las vacas a caballo. También recuerdo cuando estuve solo yo sobre el Ángel Blanco, y que aprendí a llevarlo, o él aprendió a llevarme. De pronto mis recuerdos se truncan, y no tengo modo de saber que pasó con el caballo, y hasta el cierre de este post mi mamá no me contesta el celular, ni el fijo, así que ahí les cuento después. Sí recuerdo que las vacas se las robaron, eran los ochenta, y eso era así. Pero volviendo a caballo a Guazapa, comprobé que andar a caballo es como andar en bicicleta, que no se olvida, pero que tampoco es que se recuerde lo suficiente. Pero por ahí anduve a caballo, con una sensación animal y ajeno del suelo. Como a veces me pasa, recurrí a mi teléfono y su cámara de apenas 2.2 mega píxeles y grabé unos segundos de mi travesía , y aquí está por si alguno o alguna quiera ver como se ve la vida a galope de caballo.
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4 comentarios:
Yo también te recuerdo: en overoles.
Y me recuerdo leyéndote sobre don Lencho. En tu casa en la que llovía solo en el comedor.
El caso de los angelitos... pues muy lindo, me dio una risilla feliz. Pero nunca me dijiste que así se llamaban nuestros terrenos.
Yo como solo de Presidios sé, qué iba a pensar en Angelitos...
"Presidio de Ángeles", gran nombre para tu telenovela. O "Ángeles en el Presidio"...
siempre pens'e que andar a caballo era m'as ruidoso...
Al principio habría pensado que no eras vos, pero cuando escuché el motor casi arrancando lo confirmé... yo también creí que andar a caballo era más ruidoso... pero por lo visto, hay algunos que tienen la suerte de encontrar caballo con silenciador...
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