
"Te borraré con una esponja de vinagre, con un poco de asco. Te borraré con una lágrima importanteo, con un gesto de descaro. Te borraré leyendo metafísica, con un telefonazo o los saludos que doy a la ceniza; con una tos o un cárdeno minuto. Te borraré con el vino de los locos, sacándome estos ojos; con un varón metido aquí en mi tumba. Te borraré con juegos inocentes, con la vida o la muerte; con un parrafraseo alevoso de Carilda; ¡aunque me vuelva monje o me haga puta!"

A veces, uno espera, y luego solo queda llorar cuando se ve las manos vacías. Uno espera, y el espejo reclama insistente en cada oportunidad que le damos, y es implacable. Uno espera, y el tiempo se vuelve en contra, y empiezan a doler cada segundo muerto. Uno espera, lleno de esperanza y termina vacío, agotado, pensando sin parar en que uno siempre espera todo, y nunca espera verse tan solo como antes de esperar. A veces, uno espera, y luego solo llora.
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