sábado, septiembre 18, 2010

Claustrofobia emocional

Una concha. Así me describió mi mamá cuando habló con el coordinador de mi octavo grado por ciertos problemitas de sociabilidad que, según él, yo presentaba. Ella quería decir que era yo un niño encerrado en mí mismo, poco (o nada) sociable y terriblemente huraño. Sigo siendo una concha, pero mi mamá ya se dio cuenta que eso no es necesariamente un problema, porque, en todo caso, soy una concha que ha desarrollado facultades para la adaptación social. Tengo mis límites, y los quiero tener. Nunca me ha interesado desparramarme entre gente sin que tenga un sentido, y el sentido lo van dando las circunstancias, que a veces son laborales, a veces familiares, a veces románticas, y a veces amistosas. Y ahí voy, como el Psicópata Americano, repartiendo tarjetitas, tratando de no ser el freak de la familia, coqueteando con mesuras, compartiendo risas y tragos, y alguna que otra confesión, que casi siempre son acerca de lo que pienso de los demás, del mundo, de los hechos. Porque yo lo que hago es pensar, y me resulta inevitable, pensar sistemáticamente en todo y en todos, incluyéndome. Y es que pensar es mi manera de salir al mundo con pasos firmes. Creo más en las ideas que en las emociones. Piel adentro la historia es diferente, ahí las emociones han montado su dictadura, y gobiernan con mano dura, creando y recreando un mundo aparte, íntimo, inviolable, con el único límite que impone mi razón, que no deja que asomen al mundo exterior sin el tamiz del pensamiento. Y así sobrevivo, cómodo la mayor parte del tiempo, como el equilibrista experto y el escapista de mis cuentos. Sin embargo, llegan, como en toda historia, tiempos de crisis, y el equilibrio requiere más enfuerzos y resulta agotador. Entonces quiero ser capaz de salir al mundo sin tener a la razón de mi parte, pero soy una concha, y no hay forma posible.No quiero que la haya. Pero todo va a salir bien, todo estará bien, quizá mañana, quizá esta misma tarde, tal vez cuando termine de escribir este post público sobre esta claustrofobia emocional. Ojalá.

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